NO DEJES PARA MAÑANA, HAZLO HOY

NO DEJES PARA MAÑANA, HAZLO HOY

PROCRASTINACIÓN. Parte I

Procrastinar, ¿habías oído alguna vez esa palabra?, pues implica la típica frase de “no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”, vamos en entenderlo mediante responder a preguntas que pudiéramos hacernos.

No es nada simple entender del por qué nos es tan fácil mantener esa conducta, ya que, a todas las personas nos suele pasar en menor o mayor medida.

Por lo que no es una negativa en sí, sólo podría serlo cuando la conducta es disfuncional, la persona no es feliz y el problema aumenta con sus consecuente repercusiones a nivel personal y social.

Va acompañada de grandes y diversas diferencias, tantas como personas y factores se puedan dar, por ejemplo:

  • valores e importancia que se le dé.
  • La clase de tarea y percepción sobre ella, si nos gusta o no, apetece o no.
  • La responsabilidad, compromiso, preferencia, percepciones en las dificultades o facilidades de la tarea.
  • Que sea algo, elegido, dirigido o impuesto.
  • Que dependa de tener un orden y autodisciplina, que sea creativo o libre…

¿POR QUÉ PROCRASTINAMOS?

Según el concepto de procrastinación, es simplemente la acción de postergar una tarea, a pesar de ser consciente que conlleva una repercusión negativa, que nos impide realizar otras, las que necesitamos y de que ninguna manera podemos al no realizar las primeras.

Es un modo de actuar etiquetado o percibido como holgazanería, vagancia… desde tiempos memorables.

Por lo que es importante, darle a este concepto un enfoque diferente, claro y práctico, proporcionando una mejor comprensión o entendimiento, adaptado a esta sociedad moderna y de cambios vertiginosos.

Desde este enfoque, es como una conducta contradictoria, porque, por un lado, es algo que necesitamos hacer, sin embargo y esta es la contradicción, pretende evitar un malestar emocional no haciéndola.

Con el resultado de un sentimiento frustrante, lo que conlleva a un círculo vicioso aumentando los sentimientos negativos que alimentan su continuidad, la postergación, mantenimiento, extensión y complicación.

¿ES SÓLO PEREZA O ESCONDE ALGO MÁS, CÓMO PUEDE SER UNA MALA GESTIÓN EMOCIONAL, MIEDO A LA CRÍTICA DE LOS DEMÁS O AUTOCRÍTICA?

Para saber esas repuestas, requieren ser contestadas desde un amplio abanico de estudios sobre la persona, hacerlo de otra forma sería contraproducente añadiendo más problemas de los que ya de por sí se parte.

Se ha de valorar de forma individual y en contextos distintos, los que aclaran y añaden formas de intervención sobre la conducta de procrastinación:

  • Ámbitos como el académico y laboral, progreso y capacitación en el desarrollo profesional, el cuidado de la salud, atención de la familia y/o pareja, uso del tiempo libre…
  • El modo de cómo experimenta su vida, desde la combinación dependiente de sus características básicas de aprendizajes, creencias y de personalidad.

La terapia cognitiva-conductual entiende y analiza más profundamente, que estrategias y modos está la persona practicando que da fruto a la procrastinación, desde donde se va a poder trabajar.

  • Desde los aprendizajes:

Son el modo de aprendizaje forjado en la etapa temprana de nuestra vida, desde el periodo de gestación en adelante, dando lugar al desarrollo de la autoestima, concepto amplio que comporta la capacidad y valía personal, en el que existen los diversos modos de recompensa y refuerzos que la persona emplea sobre la valoración de sus experiencias o logros.

Todo influye sobre la calidad de ésta sobre su gestión emocional y motivación, motores que ejercen un poder sobre la determinación en la realización de la “conducta adaptativa”, según la percepción subjetiva sobre la demanda de las tareas o decisiones que debemos hacer, la procrastinación aparece en errores de base existentes en ese aprendizaje.

  • Desde las creencias:

Basadas sobre las consecuencias directas de los aprendizajes, con lo que la procrastinación negativa es irracional y desadaptativa, pretendiendo proteger ese sentimiento negativo.

Desde esta explicación se da la respuesta “es pereza o esconde algo más”, disimula una evitación a corto plazo de un malestar de índole psicológico interactuado con las consecuencias de esta.

Las diferencias en casos, problemas, necesidades y complicaciones, lo explica la personalidad.

  • Desde la personalidad:

Es la que marca la diversidad en las conductas y preferencias, modos de aprendizajes y creencias, específica y peculiarmente de la persona, con lo que debemos evitar la generalización, porque crea verdaderos estragos sobre la percepción tiene sobre sí misma, por lo que, procrastinar le genera un problema grave, favoreciendo el aumento de las distintas formas de autocríticas, de perfeccionismo, autoexigencias y sus capacidades resilientes, donde cada persona tiene su particular modo de salir o enfrentarse a los problemas.

¿CÓMO PODEMOS LIDIAR CON ESOS FACTORES?

Los aprendizajes no son malos en sí, ya que, son experiencias con las que contar y trabajar desde un punto de vista positivo.

Su funcionalidad es:

  • Cómo, incorporar nuevos conceptos, puntos de vista diversos, conductas asertivas y otras habilidades que se integran, dando las herramientas, técnicas y estrategias necesarias para recuperar la seguridad y confianza, con cambios reales hacía la motivación y aumento de autoestima.

Por lo que aclara que las creencias, son instauradas desde el aprendizaje, aunque son percibidas como innatas, son forjadas en base a las consecuencias de las experiencias vividas y que no se han superado de una forma adaptativa y positiva.  

  • Así que, aprenderemos a cambiarlos con reflexiones sensatas y reales, comprensivas y compasivas, con las que sería más que suficiente para dar lugar a cambios evidentes, con un cambio en las energías emocionales y manifiestas en las conductas adecuadas y en sintonía con las exigencias de los ambientes que, de la persona, sobre las decisiones adaptativas que se deba tomar.

Por último, la personalidad es el rasgo identificativo e intransferible de la persona.

  • Con lo que conocer, entender y aceptar, sería un salto de gigante sobre la integración de los anteriores conceptos, es como llegar modo integral de todo el ser completo de la persona, tal como conseguir una sintonía adaptativa que consiga un sentimiento de logro personal pleno, un concepto total de autorrealización sobre todo aspecto de la vida, sin miedos ni defensas disfuncionales.